Sin embargo, el Barcelona manifestó que esa cláusula había vencido el 10 de junio, a lo que los abogados del jugador respondieron que, debido a la suspensión de los torneos por la pandemia de COVID, debía considerarse el 23 de agosto como fecha fin de la temporada. 25 de agosto Messi les comunicó a los abogados del club que rescindiría su contrato, amparándose en la cláusula 24, que le permitía irse sin tener que pagar los 700 millones de euros de la cláusula de rescisión.